http://www.youtube.com/watch?v=djV11Xbc914
Es irresistible. Hay que ser de piedra para no escribir sobre el superhéroe Montilla. Sobre ese cartel de las juventudes socialistas en las que aparece el president con el traje de Superman asomando tras la camisa, musculoso paladín de la justicia social. Tanto tiempo convencidos en CiU de que debían suavizar el asombroso parecido de Artur Mas con Christopher Reeve -poderosa mandíbula, mentón erguido al cielo, tupé zalamero…- y ahora resulta que el aire fresco de la propaganda política pasa por recuperar el pop art.
El manual de campaña dicta que hay que dulcificar al candidato, demasiado encorsetado en su papel de líder responsable. A Mas ya le incitaron a cometer algunas bobadas para desrobotizarle cuando se enfrentaba a Maragall. Y este confesaba hace unos días que ahora veía al líder de CiU más "humanizado". Por lo visto, a humanizarse también se aprende. A Montilla, en cambio, se le ve demasiado "normal". Hay que aplicarle superpoderes. Son las cosas del marketing. Pero lo tremendo es la sesión de terapia colectiva del domingo en el PSC...
Ese día, arengaba Montilla a la tropa, dispuesto a espantar los malos augurios e insuflar esperanza en los corazones socialistas, de tal forma que parecía mutar no ya en Superman, sino en Pep Guardiola, transformación sin duda más prodigiosa y acorde con el carácter autóctono. Aquello parecía el anuncio de un conocido banco local cuando, de repente, Montilla llamó a sus compañeros a emular el Mediterráneo de Serrat... Acabaron bailoteando a los sones de All together now:"Un, dos, tres, cuatro..., ¿puedes darme un poco más?, cinco, seis, siete, ocho..., te quiero..." (otros versos relevantes: "¿puedo traer a mi amigo a tomar el té?", "¿puedo llevar a mi amiga a la cama?"...). Y la épica, claro, se esfumó.
Continuara....
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